Es el segundo hijo del coronel Gadafi y de Safiyya Ferkash.
Es un arquitecto con su propia agencia en Trípoli, la National Engineering Service and Supplies Company.
En 1997, fundó la institución filantrópica oficial, Fundación internacional Gadafi para el desarrollo, que fue intervenida en varias situaciones de rehenes en las que participaron militantes islamistas y la crisis del Juicio del HIV en Libia, que tuvo como resultado un acercamiento entre Libia y la Unión Europea.
Su pedido fue recibido con incredulidad en Canadá, y el gobierno canadiense anunció que no tendría lugar ninguna disculpa.
[6] En una entrevista de agosto de 2008 en la BBC, Saif al Islam afirmó que Libia había admitido su responsabilidad (pero no había admitido "culpa") del atentado en Lockerbie simplemente para eliminar las sanciones comerciales.
En su labor diplomática, Saif al-Islam habría destacado al proponer un plan de paz para el conflicto palestino-israelí basado en una solución binacional, llamada "Israelina" (contracción de Israel y Palestina).
Así mismo, fue destacada su labor en las negociaciones para las indemnizaciones por el atentado de Lockerbie en 1988.
Estados Unidos había manifestado su satisfacción sobre su posible elección como sucesor de su padre, y Francia se beneficiaba comercialmente de su amistad mediante importantes acuerdos comerciales y militares.
[8] Al aprobar los magistrados esa solicitud, todos los países de la comunidad internacional (en especial los firmantes del Estatuto de Roma que creó ese tribunal internacional) estaban obligados a cooperar en la detención de Saif al Islam y en su entrega a la Corte Penal Internacional.
La orden o circular roja fue enviada a los 188 países miembros de Interpol.
La CPI declara que las autoridades libias tenían “la obligación” de entregarle a Saif al-Islam Gaddafi, sin descartar la posibilidad de que el juicio pudiera celebrarse en Libia.
que las autoridades libias realicen las investigaciones correctas y las presenten a los jueces de la CPI ”.
Le Figaro señala que la organización de la audiencia ilustró el "amateurismo del sistema judicial libio" (la prensa se mantuvo a un lado, la abogada no pudo acceder al expediente de su cliente o entrar en la sala del tribunal, videoconferencia defectuosa, etc.).
[23] Esto se produjo como parte de un intento de "reconciliación nacional" entre ex-Gadafistas y ex-revolucionarios, mientras Libia sigue sumida en el caos y debe encontrar un equilibrio frente a la amenaza del Estado Islámico.
[24] Esta sentencia es impugnada por las autoridades judiciales libias en Trípoli, que no ven ningún valor legal en ella.
Por su parte, el gobierno de unidad, liderado por Fayez el-Sarraj, rechaza esta amnistía.