Falleció tras inmolarse con gasolina a las puertas del tribunal que la juzgaba en la capital de Irán.
[2] En septiembre, ya juzgada y en espera de sentencia del tribunal islámico, se inmoló a las puertas de la magistratura, en protesta por el trato dado a las mujeres por las autoridades iraníes.
[6] Por su parte, Philip Luther, responsable para Oriente Medio de Amnistía Internacional, afirmó que “su muerte no debe ser en vano.
Debe estimular el cambio en Irán para evitar más tragedias en el futuro”.
La prohibición se levantó durante unos días en el transcurso del último Mundial de fútbol de Rusia, en el que se trasmitieron los partidos del equipo nacional en pantallas gigantes instaladas en estadios.