Fue construida por Guillem Sagrera entre 1426 y 1452 (durante su segundo periodo creativo) y fue la sede del Colegio de Mercaderes, además de ser sede del gobierno insular.
En el permiso se concedían permisos de expropiación "y para que con el sobrante puedan hacer y construir Lonja y de la dicha ciudad; dándoseles licencia por el señor rey para tomar todos los solares ó casas necesarias ó útiles, para la construcción de dicha Lonja".
Guillem Sagrera también era escultor y, por consiguiente, parte del contrato implicaba esta faceta suya para la decoración de la lonja.
Al marchar a Nápoles dejó la decoración sin acabar, pero destacan las estatuas de la Virgen con el Niño, san Juan, las gárgolas que decoran el edificio y, sobresaliendo entre ellas, el ángel custodio que se suponía protector de los mercaderes que habían encargado la obra.
En la puerta principal de la lonja, con orientación este, se encuentra justamente la escultura del Ángel Custodio que sostiene una banda con la leyenda "defenedor de la Mercancía".