El diseño del fusil se remonta a inicios de la década de 1930, cuando Fiódor Tókarev renuncia a diseñar un fusil semiautomático accionado por retroceso y se concentra en el sistema accionado por gases.
Stalin tenía un gran interés en los fusiles semiautomáticos, así que en 1935 convoca un concurso de diseños del cual saldrá ganador el fusil diseñado por Serguéi Gavrílovich Simónov, que será adoptado al año siguiente con la denominación de AVS-36.
Este fue aprobado para producción bajo la denominación de SVT-38 y se esperaba que fuese el nuevo fusil estándar del Ejército Rojo.
Este diseñaría más tarde el fusil FN FAL, que emplea el mismo sistema de operación del SVT.
Su sistema accionado por gases era complejo para los estándares soviéticos y poco resistente al uso de munición corrosiva sin tener que limpiarlo frecuentemente.
Para recuperar esta enorme cantidad de armas perdidas, se reintrodujo la producción del fusil Mosin-Nagant M91/30.
Al contrario, el SVT-40 era más difícil de producir y las tropas poco entrenadas tenían problemas para darle un adecuado mantenimiento.
El AVT demostró ser una decepción en combate: el fuego automático era casi imposible de controlar y los fusiles solían romperse debido al redoblado esfuerzo que soportaban.
Una versión carabina (llamada a veces SKT-40) fue diseñada en 1940 y probablemente producida en pequeña cantidad, pero nuevamente es un dato bastante disputado.
Como los alemanes no tenían muchos fusiles semiautomáticos confiables, el SVT (denominado SIG.259(r) por el Heer) fue ampliamente utilizado por estos contra sus anteriores dueños.
Tras la guerra, la mayor parte de los fusiles SVT fueron retirados del servicio activo, reparados y almacenados como reserva.
Solamente unos cuantos fusiles SVT fueron exportados a los aliados y clientes de la Unión Soviética.
En la Unión Soviética, los SVT fueron mantenidos como reserva hasta los años 90, cuando varios fusiles fueron vendidos al extranjero junto con otras armas militares sobrantes rusas.
En acción, el SVT tuvo sus problemas, los cuales no eran ajenos a los fusiles semiautomáticos de la época.