[1][2] Al año siguiente, se convirtió en el primer barco en cruzar el Atlántico impulsado exclusivamente por una máquina de vapor, abriendo el servicio transatlántico de pasajeros a vapor con una travesía entre Londres y Nueva York vía Cork,[3] fletado por la British and American Steam Navigation Company.
[11] El Great Western partió de Avonmouth cuatro días después que el Sirius, y aun así, redujo su desventaja a tan solo un solo día.
[2] En 1839, el almirantazgo británico hizo pública una licitación para contratar el servicio de correo transatlántico con Halifax.
[14] Sin embargo, el almirantazgo rechazó ambas ofertas porque ninguna de las compañías ofreció un servicio quincenal, y el contrato finalmente se le adjudicó a la naviera Cunard.
[13] A finales de 1840, el Sirius fue enviado al dique seco de Gibson en Hull para recibir nuevas calderas, pero permaneció allí durante dos años porque el dique seco tuvo que ser alargado para poder alojarlo.
Inundado por el mar embravecido, los doce pasajeros y dos tripulantes que lo ocupaban se ahogaron.
La mayoría de las 91 personas que estaban a bordo fueron rescatadas mediante una cuerda pasada hasta la orilla, aunque se perdieron veinte vidas en total.