[3] La aprobación de la vacuna del virus muerto, ha prevenido satisfactoriamente durante décadas: polio, influenza, cólera, paperas, rabia, fiebre tifoidea y hepatitis A.
Dicho ensayo consistió en un estudio aleatorizado, doblemente cegado (ambos: sujeto e investigador) y placebo-controlado, mediante la administración intramuscular a 33 individuos infectados con VIH-1 crónicos con tratamiento HAART.
Investigadores reportaron que la vacuna terapéutica induce respuestas celulares inmunes robustas en pruebas animales recientemente realizadas.
[8] Pese a que esta estrategia del virus totalmente muerto ha sido ampliamente usada en el pasado para prevenir fallecimientos como polio, influenza, cólera, paperas, rabia, fiebre tiroidea y hepatitis A, por diversas razones científicas, económicas y técnicas no ha conseguido recibir apoyo importante para las aspiraciones en desarrollar vacunas contra el VIH.
Primero, existen riesgos asociados con las vacunas cuyo VIH ha sido inadecuadamente inactivado o aún no muerto.
Tercero, muchos investigadores tienden a creer que cuando el VIH está muerto o inactivado por tratamiento químico, este pierde su antigenicidad y entonces falla a la hora de inducir tanto los anticuerpos neutralizados como los linfocitos T citotóxicos o células T CD8 + (CTL).
Cuarto, los estudios recientes con monos, usando vacunas de VIS muertos (virus de inmunodeficiencia en simios), arrojan algún optimismo pero éste se pierde en que la protección sea atribuible a respuestas a proteínas celulares en la vacuna VIS, y al reto al cultivo del virus, no en monos pero si en células humanas.