Destaca la exploración de cemento en la región, que comenzó alrededor del año 1928.
La cuenca de San José Itaboraí con 1,341,552.50 m² ha sido utilizada como mina de piedra caliza para la industria del cemento.
Poco a poco, el cava se ha ido llenando de agua (aguas subterráneas y las precipitaciones), produciendo un lago artificial.
En sus orillas se pueden encontrar afloramientos con fósiles de Paleoceno y el Pleistoceno (mariscos, semillas, hojas, vertebrados).
La cuenca presenta también los registros de ocupación humana en la región durante el Pleistoceno Medio.