Sucedió a su padre pero Eumelo, su hermano mediano, concluyó una alianza con pueblos bárbaros de la vecindad, y tras haber reunido una tropa numerosa le disputó el trono.
Esta se hallaba a orillas del río Tates que discurría rodeándola y convirtiéndola en inexpugnable.
Sátiro se decidió por saquear la región e incendió las aldeas, de las que obtuvo un gran botín y cuya población tomó prisionera.
Después, sus tropas cruzaron el río y empezaron a talar el bosque que hacía falta atravesar para llegar al palacio.
Menisco, el jefe de los mercenarios que había logrado entrar en la muralla, se vio obligado a la retirada al ser atacado por una fuerza superior en número.