Cettia cetti

Se observa un gran parecido con algunas especies de la misma familia pero de otros géneros, como por ejemplo con el carricero común (Acrocephalus scirpaceus), o con la buscarda unicolor (Locustella luscinioides), pudiendo ser confundidos si no son observados detenidamente o en la mano.[10]​[11]​[8]​ La subespecie nominal, cetti, cría en Europa desde la península ibérica hasta Rusia, en el noroeste de África, en el oeste de Turquía, y en Creta, mientras que la subespecie orientalis lo hace en Asia Menor, así como en el Cáucaso y hasta las costas septentrionales del mar Caspio.Así, el ornitólogo inglés Eric Arthur Simms apuntó que el ruiseñor bastardo ocupó Bélgica en 1964, continuando su expansión en la década de 1970 hacia Gran Bretaña, Holanda, Alemania y Suiza, aunque datos posteriores apuntan la extinción de estas poblaciones debido a los crudos inviernos.[11]​[13]​ En España está presente la subespecie cetti,[6]​ que se encuentra ampliamente distribuida por todas las comunidades autónomas peninsulares, así como también en las Islas Baleares.Así por ejemplo, podremos encontrar durante el otoño a individuos migrantes en Formentera y Cabrera.Cuando se dificulta la tarea de capturar insectos, generalmente en invierno, el ruiseñor bastardo complementa su dieta con semillas y, ocasionalmente, pequeños frutos silvestres.[15]​[9]​ Estudios realizados por José A. Hódar, Javier Molina e Ismael Camacho, en una localidad del sur de España, contrastaron 24 presas, o especies diferentes, que supondrían las 2 terceras partes del total de las presas que ingieren, siendo éstas pertenecientes a los siguientes grupos taxonómicos: araneae, opiliones, hemiptera, neuroptera, carabidae, coleoptera y formicidae.[16]​ Al año de edad, el ruiseñor bastardo ya está capacitado para realizar su primera reproducción, puesta y cría.Según distintas fuentes, la incubación puede durar desde los doce días, hasta los catorce o incluso los diecisiete de máximo.Tras la eclosión, también será la hembra la encargada de alimentar a los polluelos, que son altriciales y no abandonan el nido hasta los diez u once días, aunque si no son acechados por ningún peligro y todo va bien, pueden incluso permanecer hasta unos dieciséis días.[9]​[15]​[14]​[17]​ El ruiseñor bastardo constituye una especie no endémica de considerable distribución a lo largo del mundo, y por tanto ostenta una importante población mundial.En España, la densidad máxima del ruiseñor bastardo es de 5'63 aves por cada 10 ha, registrada en sotos y carrizales.Puede ser escuchado desde la vegetación densa en cualquier momento del día y durante todas las estaciones del año, puesto que emite sus melodías incluso en los fríos días invernales, aunque lo haga con algo más de ímpetu, fuerza e insistencia en primavera.
Ruiseñor bastardo - Cetti's Warbler - Cettia cetti, Viladecans, Cataluña.
Huevos de Cettia cetti