Ruido

Desde ese punto de vista, la más excelsa música puede ser calificada como ruido por aquella persona que en cierto momento no desee oírla.Cuando se utiliza la expresión ruido como sinónimo de contaminación acústica, se está haciendo referencia a un ruido (sonido), con una intensidad alta (o una suma de intensidades), que puede resultar incluso perjudicial para la salud humana.Contra el ruido excesivo se usan tapones para los oídos y orejeras (cascos para las orejas, los cuales contienen una electrónica que disminuye los ruidos exteriores, disminuyéndolos o haciendo que su audición sea más agradable), para así evitar la pérdida de audición (que, si no se controla, puede provocar la sordera).Por otro lado, el tono describe la frecuencia de un sonido y se mide en hercios (Hz).Se puede distinguir entre los sonidos tonales y los ruidosos de banda ancha.Por el contrario los ruidos son también sonidos simples o complejos pero disarmónicos y de muy alta intensidad, generando intolerancia o dolor al oído y una sensación de displacer al individuo.Por debajo de 80 dB el oído humano no presenta alteraciones definitivas.Estos niveles generan molestias pasajeras denominadas fatiga auditiva, donde los elementos transductores (oído interno) no sufren problemas definitivos.Cuando la intensidad supera los 90 dB comienzan a aparecer lesiones irreversibles cuanto mayor sea la exposición y la susceptibilidad personal.Ciertas zonas geográficas u ocupaciones específicas pueden correr un mayor riesgo de estar expuestas a niveles de ruido constantemente elevados; la regulación puede evitar resultados negativos para la salud.La regulación del ruido incluye leyes o directrices relativas a la transmisión del sonido establecidas por los niveles de gobierno nacional, estatal o provincial y municipal.El ruido ambiental se rige por leyes y normas que establecen los niveles máximos de ruido recomendados para usos específicos del suelo, como las zonas residenciales, las áreas de excepcional belleza natural o las escuelas.[16]​[17]​ En 1972 (revisado en 1998), el NIOSH publicó un documento en el que se describían las normas recomendadas en relación con la exposición ocupacional al ruido, con el fin de reducir el riesgo de desarrollar una pérdida auditiva permanente relacionada con la exposición en el trabajo.[21]​ Además, en la Unión Europea, el ruido submarino es un contaminante según la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina.[28]​ Algunas sustancias químicas, denominadas otóxicas, pueden aumentar los efectos traumáticos del ruido, e incluso provocar sordera.
La policía urbana de Milán mientras utiliza un instrumento de medición del ruido para el control fonométrico en las calles de la ciudad en 1955
Trabajador utilizando protección contra el ruido.
Tapones de oídos.