Rubén Martínez Bulnes
[2][3] Su interés en el arte se manifestó desde su infancia, y de joven deseaba convertirse en arquitecto, pero terminó estudiando ingeniería civil como su padre.[5] Inició su carrera escultórica recolectando los desperdicios metálicos del lugar donde este trabajaba, y la primera instrucción la recibió de soldadores.[8][9] También trabajó en jardinería, pintura, dibujo, paisaje ambiental, vitrales, restauración y música.[12] Otras de sus obras son "El Toro" en la entrada del Restaurante "El Hidalgo, "Cabeza de Caballo" que fue hecha para adornar las instalaciones del "Izalco Jockey Club" en San Andrés.El diario "La Nación" de la misma ciudad escribió "Jamás se había visto nada igual".