Desarrolló su carrera deportiva compitiendo íntegramente en el Turismo Nacional, donde además de ser referente de Auto Union, supo competir también para el fabricante estatal argentino Dinfia y en sus últimos años, para Fiat.
Debido a su relación laboral como operario de Dinfia, en los años 1960 revolucionó el ambiente automotor al inscribir a una unidad Institec Graciela en el Gran Premio Internacional Standard Argentino.
Años después, incursionó con dicho automóvil en el Gran Premio Argentino, inscribiéndose un equipo con tres unidades que llegaron a completar la exigencia.
En 1962 y con la misma unidad, se presentó a competir en la Vuelta al Pan de Azúcar, donde consiguió ganar en su clase, derrotando a Vicente Formisano quien piloteaba un Auto Union y completando la competencia general en la tercera ubicación.
Tras esta competición, recibió como regalo de la fábrica el coche que utilizó y con el que continuó realizando competencias ya sin apoyo oficial de fábrica.