Ideado originalmente para la casa Amatller, posteriormente fue empleado para pavimentar numerosas calles de Barcelona, especialmente en el Ensanche.
Sus características más relevantes son la resistencia y su fácil mantenimiento.
Este desorden en las calles se resolvió gracias a la aparición del panot.
El diseño incorporó modificaciones para adaptarlo al clima lluvioso de Bilbao.
El diseño de la loseta muestra una flor de cuatro pétalos hecha en relieve negativo, creada por el arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch.