El Rolls-Royce 40 mm fue un cañón automático británico, que se empleó principalmente como armamento antiaéreo a bordo de lanchas torpederas durante la Segunda Guerra Mundial.
El proyecto del Rolls-Royce 40 mm se propuso a fines de 1938, para producir un cañón que pueda instalarse a bordo de aviones y cause suficiente daño para derribar un bombardero pesado.
[1] También se tomó en cuenta que sea un arma adecuada para destruir tanques desde el aire.
[2] Se produjeron versiones experimentales del cañón, algunas alimentadas con cargador y otras con cinta.
Estas versiones fueron probadas a bordo de un Bristol Beaufighter[3] y un Hawker Hurricane,[4] aunque nunca fueron empleadas en combate.