Roberto de Molesmes

Hacia el año 1068 fue nombrado abad de Saint Michel-de-Tonnerre, pero no fue capaz de reformar dicha abadía, que se había relajado mucho, por lo que regresó a Montier-la-Celle.

Obtuvo la autorización del Papa Gregorio VII para fundar un monasterio en Molesmes en el año 1075.

La construcción consistía inicialmente de unas simples chozas hechas con ramas, que rodeaban una capilla dedicada a la Santísima Trinidad.

Esta comunidad se hizo rápidamente conocida por su piedad y santidad.

Roberto quiso alejarse de Molesmes dos veces, pero el papa le ordenó volver.