Su familia quería que estudiara para sacerdote, pero Robert se negó, debido a su incapacidad para dominar el Latín.
Dos años más tarde volvió a casa y se auto-enseñó química, electricidad y astronomía con la ayuda de un tejedor local que tenía conocimientos de matemática.
Thomson tenía sólo 23 años cuando patentó su neumático.
Las "ruedas aéreas" de Thomson se mostraron en el Regent's Park de Londres en marzo de 1847 instaladas en varios carruajes tirados por caballos, mejorando grandemente la comodidad del viaje y reduciendo el ruido.
Un juego recorrió casi 2 000 km (1 200 millas) sin mostrar signos de deterioro.