Cuando se destapó la conspiración, Keyes huyó de la ciudad, pero fue arrestado en Warwickshire días después.
[2][3] Los católicos ingleses esperaban que con la llegada de Jacobo I al trono se pondría fin a su persecución, porque este aparentaba ser más tolerante que su predecesora, reina Isabel I.
[14] En cuanto Keyes supo que habían detenido a Fawkes, se montó en su caballo y huyó hacia las Tierras Medias.
[15] Allí fue identificado como sospechoso el 6 de noviembre[16] y lo arrestaron días después.
Pese a que todos menos Diby dijeron ser inocentes, fueron declarados culpables.
[20] El jesuita Oswald Tesimond escribió, en su Narrative, lo siguiente sobre la defensa de Keyes:
Con cara triste, ascendió «firmemente» por la escalera, pero con la soga alrededor de su cuello, se lanzó, presumiblemente deseando una muerte rápida.
Sin embargo, el cabestro se rompió y lo llevaron a una piedra para completar la sentencia.