Robert H. Jackson

Entre sus acusados estaba un recuperado Hermann Göring, quien contendió intelectualmente contra todos sus argumentos en la fase inicial del proceso debilitando notablemente la fuerza de la acusación en su contra e hizo que Jackson (quien estuvo a punto de declararse incompetente); sin embargo, se replanteó en la forma de exponer las evidencias consolidando su posición.Después de Núremberg, Jackson regresó como juez a la Corte Suprema y continuó haciendo gestión en las decisiones que involucran los Derechos Civiles, la integración racial y los derechos religiosos de las personas.Pese a su gran trabajo, no prosiguió su labor con posterioridad al gran juicio en las causas menos públicas, puesto que el presidente Roosevelt le había prometido off the record nominarlo como presidente de la Corte Suprema.Ante la muerte del presidente, su sucesor Harry S. Truman no respetó la voluntad de su predecesor y nominó en su lugar a Fred M. Vison.Después de su muerte, se creó en Jamestown, NY, en 1956 el Centro Robert H. Jackson que preserva la historia, los logros legales, principios jurídicos y valores que impulsó Jackson en vida.
Hermann Göring durante los juicios de Núremberg, fue un difícil caso para Jackson.