Así fue el primer árabe en proporcionar a los lectores en esa lengua una explicación completa del sistema político de un país occidental.
Los traductores formados en dicha escuela aprendían árabe, francés, turco, persa e italiano.
En 1835, propuso a Muhammad Ali Pasha al-Mas'ud ibn Agha un plan para proteger los restos arqueológicos que estipulaba que cualquier hallazgo debía ser analizado por él en calidad de director de la Escuela Al-Alsun.
Como resultado, Al-Alsun se convirtió en el núcleo precursor del primer museo arqueológico egipcio.
Volvió a dirigir el Qalam al-Tarjama (departamento de traducción), participó en la Qumisyun al-Ta'lim, una comisión nacional para la educación, y se convirtió en el editor jefe de un nuevo boletín cultural, Rawdat al-Madaris al-Misriyya.