Su negativa a jurar por la fe Necrófera y detener la procesión de la flota al Subuniverso ha causado disensión entre sus súbditos.
Reconociendo que no es Furya, Riddick mata a la mayor parte de su escolta cuando esta intenta asesinarlo.
Un día encuentra una camada de dingos muertos excepto por un cachorro débil por el hambre, que decide llevarse para planear como salir a la sabana.
Tiempo después Riddick vive una vida primitiva pero tranquila junto al dingo, que ahora se ha convertido en un feroz pero amable mastín y fiel compañero del furyano.
Cuando las tormentas finalmente llegan a la estación la tierra se humedece lo suficiente para que un gran número de demonios de barro que hibernan bajo el suelo despierten y emerjan del fango asediando la estación, matando a Lockspur y Moss.
En medio de la lucha, Riddick es gravemente herido, momento que aprovecha Johns para tomar ambos nodos y huir.
Después de cauterizar su herida, Riddick comienza una batalla aparentemente inútil contra los demonios que avanzan.
Mientras vuela lejos del planeta, es detenido por Johns en la otra nave, que le pregunta a dónde irá, pero lo piensa mejor y decide no querer saberlo.
Luego se dirige hacia la ventana de la nave viendo el espacio y termina la escena.