En esos años comenzó a desarrollar actividades sindicales, se afilió a la Unión de la Juventud Comunista en 1922 y al Partido Comunista poco después.
Al declararse la guerra civil española se incorporó a las Brigadas Internacionales en defensa de la legalidad republicana, encuadrado en el batallón Thälmann, mayoritariamente alemán, del que fue comandante.
En Madrid coincidió con su compatriota el diputado comunista Hans Beimler, también brigadista, que murió en la capital de varios disparos en diciembre de 1936; su expareja, Antonia Stern, afirmó que había sido asesinado por la GRU (y personalmente por Richard Staimer).
En 1938 regresó a Moscú y en 1939 fue detenido e internado en un campo de trabajo francés hasta 1941.
Al final de la Segunda Guerra Mundial regresó a Alemania, estableciéndose en la zona oriental, donde siguió la carrera como policía en Berlín y Leipzig, llegando a ser inspector general y ocupando puestos de responsabilidad en la Asociación para el Deporte y la Tecnología.