Debido a un "pico" simultáneo registrado en el magnetómetro del Real Jardín Botánico de Kew y a una tormenta geomagnética detectada al día siguiente, Carrington sospechó la existencia de una conexión de la actividad magnética solar-terrestre.[2] Carrington determinó también los elementos del eje de rotación del Sol, basándose en los movimientos de las manchas solares, y sus resultados siguen en uso en el siglo XXI.En 1990, la sonda Ulysses fue lanzada para estudiar el viento solar desde las altas latitudes solares, complementando todas las observaciones anteriores, que se habían realizado en o cerca del plano de la eclíptica del Sistema Solar.George Fitzgerald sugirió más tarde que la tormenta estaba regularmente acelerada desde el Sol y que llega a la Tierra después de varios días.También sugirió el flujo continuo de partículas que se dirigen hacia el exterior del Sol.