Ricardo López Santamaría

Al finalizar el conflicto armado, se trasladó a Barcelona, donde trabajó como dorador y restaurador de muebles.

Esta estancia será una oportunidad para que se involucre en la vida cultural, visitando museos y exposiciones.

Santamaría se especializó en la técnica de la acuarela, creando series específicas, como Paisajes, Lluvias y Bodegones.

En 1952, investigó nuevos medios de expresión, por lo que su serie titulada Nocturnos se acerca al neocubismo.

A este grupo se unirán otros artistas españoles, como Daniel Sahún o Julia Dorado.

Así, esta línea estética y ética se implica en una nueva vía renovadora del arte que, yendo de lo expresivo a lo constructivo, permite el desarrollo simultáneo de los racional y lo ético, en tanto en cuanto dimensiones esenciales e indisociables del ser humano.

También en 1962, Ricardo Santamaría se inicia en los collages pictóricos con la incorporación de fotografías y objetos.

Así, el colectivo emprende un camino estético diferente, al proponer la integración del objeto en la obra artística, encontrándose así en adecuación con el contexto artístico internacional, en el que el objeto adquiere un lugar importante (nuevo realismo, arte pop).

[6]​ Llegado a París, Ricardo Santamaría abre un estudio, en la rue de Bièvre, y allí recibe al público para desmitificar el proceso creativo, pero también para afirmar su concepción del arte, según la cual el arte no debe ser considerado como un producto de consumo que responde al mercado elitista, el arte es una libre elección de expresión.

En 1975 Ricardo Santamaría se trasladó a Gommecourt (departamento de Yvelines) y continúa sus nuevos experimentos utilizando, en particular, cemento sobre poliestireno.

En 2001, con 81 años, Ricardo Santamaría inició un nuevo avance pictórico al crear grandes composiciones que evocan vastos espacios.

Abandono (130*97)
Ricardo López Santamaría