Hijo de Jacinto de Capmany y de Francesca Roura Carnesoltes, hermana de la mujer de Domènech i Montaner, estaba casado con Julia Montaner, heredera de la editorial Montaner y Simón y también emparentada con Lluís Domènech i Montaner.
[2] Ricard de Capmany es conocido por haber decorado el bar Torino, un proyecto de 1902 de Puig i Cadafalch en el que también participaron como decoradores, Antoni Gaudí y Antoni Maria Gallissà.
Su mujer heredó el Castillo de Santa Florentina que estaba en un estado ruinoso y le fue encargada la reforma a Domènech i Montaner.
Capmany intervino de forma directa en la decoración de la que iba a ser su casa, destacando especialmente los vitrales con escenas religiosas y buena parte de las estatuas.
[3] Como pintor, se dedicaba al paisajismo.