En cuanto a la región meridional de Kandahar, fluctuaba entre el dominio del Imperio mogol y los safávidas.
[1] Los nativos pastunes se habían visto oprimidos por ambas partes, y en ocasiones presionaron por su independencia, pero varios intentos habían sido aplastados y sus líderes ejecutados.
[4] La dinastía Barakzai fue la última en gobernar Afganistán antes de sobrevenir, a finales del siglo XX, la invasión soviética y las subsecuentes guerras civiles que asolaron el país durante más de dos décadas.
En 1929, ante las reformas y modernizaciones del rey Amanullá, surgió un levantamiento conservador que llevó al jefe bandido tayiko Habibullāh Kalakāni como rey por unos meses, hasta su derrocamiento y ejecución por el ejército de Nadir Sah.
Kalakāni fue el único rey afgano que no era de etnia pastún.