El magnicidio pudo haber sido planeado por su sobrino Ali Qoli, aunque no hay suficiente evidencia que apoye esta teoría, pero tanto si esto es cierto como no, lo que se sabe es que los jefes afganos se reunieron algo más tarde ese mismo año cerca de Kandahar, donde llevaron a cabo una Loya yirga para escoger un nuevo jefe para las tribus abdalíes.
Ahmad Durrani fue elegido Sah para liderarlas, a pesar de ser más joven que otros aspirantes.
Invadió hasta cuatro veces el Imperio mogol, consolidando su control sobre el Panyab y la región de Cachemira.
Después de que Ahmad Sah saqueara la capital mogola y se retirara con el botín, los marathas llenaron el vacío de poder, mientras que en el Panyab, los sijs emergían como una potente fuerza.
En 1760 los marathas ya habían reunido un gran ejército, que probablemente excedía en número a las fuerzas de Ahmad Sah.
Ahmad Sah también hizo frente a otras rebeliones en el norte, y pactó con el emir uzbeco de Bujará que el río Amu Daria se convirtiera en la frontera entre sus tierras.
En 1772 Ahmad Sah se retiró a su hogar en las montañas del este de Kandahar, donde murió.
En la época de Ahmad Sah, los pastunes incluían muchos grupos cuyos orígenes eran oscuros; se cree que algunos descendían de antiguas tribus arias, pero otros, tales como los ghilzais, pudieron haberse mezclado con turcos, mientras que grupos como los durrani se habían asimilado bastante a los persas debido a sus contactos con los tayikos.
A finales del siglo XVI, cuando ocurrieron las últimas invasiones turco-mongolas, tribus tales como los shinwaris, yusufzais y mohmandas se habían trasladado desde el valle del río Kabul a las planicies del oeste, norte y noreste de Peshawar y los afridis se habían establecido en las colinas y montañas al sur del Paso Khyber, que hoy día conecta Pakistán con Afganistán.
A finales del siglo XVIII, los durranis habían ocupado la región al oeste y al norte de Kandahar y habían llegado hasta Quetta, en Baluchistán.
Los sucesores de Ahmad Sah gobernaron tan ineptamente y crearon tal malestar que en el plazo de cincuenta años el Imperio durrani llegó a su final y Afganistán cayó en una guerra civil.
Durante ese medio siglo, Afganistán perdió gran parte del territorio conquistado por Ahmad Sah.
Los sijs fueron particularmente problemáticos y después de varios intentos fracasados para someterlos, Zaman Sah cometió la equivocación de designar a un poderoso y joven jefe sij, Ranjit Singh, como su gobernador en el Panyab.
Este trastornó el delicado equilibrio de la política tribal durrani que Ahmad Sah había establecido, e incitó a Painda Jan y otros jefes durrani a planear la caída del sah.
Descubierta la conjura, Painda Jan y los jefes de los clanes durrani, nurzai y alizai fueron ejecutados, al igual que el jefe del clan de los qizilbash.
Sólo algunas semanas después de firmar el acuerdo, Shuja Sah fue depuesto por su predecesor, Mahmud.