Revolución de la información

El cristalógrafo polimata británico J. D. Bernal introdujo el término "revolución científica y técnica" en su libro de 1939 La Función Social de la Ciencia para describir la función nueva que la ciencia y la tecnología están comenzando a jugar dentro la sociedad.

Después de alguna controversia, el término fue aceptado por autores e instituciones del bloque entonces soviético.

Su objetivo era mostrar que el socialismo era una casa segura para la revolución científica y técnica ("tecnológica" para algunos autores), referido por el acrónimo STR.

El libro Civilización en la encrucijada, editado por el filósofo checo Radovan Richta (1969), se convirtió en una referencia estándar para este tema.

Daniel Bell (1980) desafió esta teoría y defendió un sociedad posindustrial, la cual se dirigiría a una economía de servicios más que al socialismo.