Revolución EDSA

Esta revolución no-violenta condujo a que el presidente Ferdinand Marcos dejara el gobierno y se restaurara la democracia en el país.

Las protestas alimentaron la resistencia y la oposición frente a años del gobierno corrupto de Marcos, quien pronto perdió el control de la situación interna.

Las fuerzas armadas y policiales se resistieron a aplastar violentamente la revuelta popular pacífica, y entonces, al perder apoyo de los altos jefes militares -algunos como Fidel Ramos y Juan Ponce-Enrile incluso apoyaron a Aquino- Marcos decidió huir al exilio, pese a que el 25 de febrero se había juramentado a sí mismo como Presidente de Filipinas.

Esa misma noche Marcos huía en helicóptero del Palacio de Malacañán hacia un aeródromo militar estadounidense y partió horas después hacia Hawái, donde moriría en 1989.

Tras la revolución, Corazón Aquino fue proclamada como la legítima presidenta de Filipinas.