Las revistas biomédicas, están sujetas a unas normas de publicación que recogen cómo debe prepararse un manuscrito para poder ser publicado, los aspectos sobre la edición y publicación de los artículos y las consideraciones éticas que deben seguir en la comunicación de sus resultados.
Estas normas son conocidas como Normas de Vancouver (por la ciudad canadiense donde fueron consensuadas por primera vez), aunque formalmente se denominan “requisitos de uniformidad para manuscritos enviados a revistas biomédicas” (Uniform Requirements for Manuscripts Submitted to Biomedical Journals).
Este indicador tiene una influencia enorme, pero controvertida, en cuanto a la forma en que las publicaciones científicas de investigación son percibidas y evaluadas.
Cada año es calculado por el Instituto para la Información Científica (Institute for Scientific Information, ISI), propiedad de la empresa Thomson Reuters,[2] para aquellas publicaciones a las que da seguimiento, las cuales son publicadas en un informe de citas llamado Journal Citation Report (JCR).
El hecho principal se encuentra en que el lector no se encuentra obligado a pagar por el acceso a la información, disminuyendo así las barreras para la investigación frente a las restricciones de acceso y difusión de sus resultados impuestas por los sistemas más convencionales de los grupos editoriales.