Para la empresa, esto representa una manera de proporcionar mejores condiciones y retribuciones a sus empleados sin tener que asumir costes adicionales o incrementos salariales en la mayoría de los casos.
Normalmente, es el empleado quien asume el coste de estos beneficios dentro de su sueldo, lo que puede generar importantes ventajas fiscales, ya que no son considerados rendimientos gravables en el impuesto sobre la renta.
De esta forma, el empleado puede experimentar un aumento en su sueldo sin que esto suponga un gasto extra para la empresa.
Por ejemplo, En España, los tiques restaurante, los seguros médicos (hasta cierto importe) y guardería no suponen retribución en especie y la entrega de automóviles tiene un tratamiento fiscal ventajoso.
[cita requerida] Las retribuciones en especie son consideradas en general retribución sometidas al impuesto sobre la renta, aunque las leyes suelen establecer algunas excepciones a las que suelen acoger las empresas para rebajar la carga fiscal de sus empleados.