Es una manifestación primaria de mala nutrición (o más precisamente desnutrición) e infecciones recurrentes, tales como diarreas y helmintiasis, en bebes recién nacidos, o aún sin nacer, debido a una mala nutrición durante el desarrollo fetal provocado por una madre desnutrida.
Y más del 90% viven en África y Asia, donde el 36% y 56% de los niños están afectados.
[2] Los efectos del retraso una vez establecido se vuelven permanentes.
Los niños afectados nunca recuperan la estatura normal.
La vida en ambientes donde se acostumbra con frecuencia a defecar al aire libre por la carencia de servicios sanitarios es una importante causa del retraso del crecimiento, por ejemplo en India.