El edificio es catalogado como monumento histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para su preservación.
[1] Juan Hernández Ceballos mandó a construir un nuevo edificio en los terrenos donde antes se ubicaban tres casas.
Las puertas o ventanas cuentan con pilastras, cornisas y marcos de cantera, en su parte superior hay pretiles.
El fraile estaba confundido porque como los demás habitantes sabía que Doña Mirta no tenía un hijo.
El fraile empezó a frecuentar la casa de Doña Mirta y terminó por descubrir su secreto.
Doña Mirta donó una urna con la imagen del Santo Entierro en memoria de su bebé.