[1] La reserva lleva el nombre del geólogo colombo-neerlandés Thomas van der Hammen quien dedicó años de estudio en dicha zona.
[5] Dicha comisión fue citada para dirimir un desacuerdo entre el Distrito en cabeza del alcalde Enrique Peñalosa quien tenía planes de urbanizar la zona y la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) que se opuso a esta iniciativa por razones ambientales.
Se han encontrado la rana campana Hyloxalus subpunctatus, la rana sabanera Dendropsophus labialis, las lagartijas Anadia bogotensis, Anolis heterodermus y collareja Stenocercus trachycephalus, la serpiente sabanera Atractus crassicaudatus, la culebra de pantano Erythrolamprus epinephelus, el pez capitán Eremophilus mutisii y la guapucha Grundulus bogotensis.
También se destaca la presencia de colibrí pico de espina (Chalcostigma heteropogon); pomponero cobrizo (Eriocnemis cupreoventris), colibrí gargantipurpura (Coeligena helianthea), mielero pico cono rufo (Conirostrum rufum), monjita Chrysomus icterocephalus, la chisga sabanera (Spinus spinescens) y arrullador (Scytalopus griseicollis).
[17][18][19] Otras aves amenazadas que subsisten en la reserva son el chirriador Cistothorus apolinari) el cucarachero (Troglodytes aedon), la garza dorada (Ixobrychus exilis) y el búho bogotano (Asio flammeus bogotensis).
[20] Las especies de aves más abundantes en la reserva son el copetón (Zonotrichia capensis), el mirlo (Turdus fuscater), el carbonero (Diglossa humeralis) y la paloma sabanera Zenaida auriculata.
[13] En la zona de reserva se captaron las llamadas de ecolocalización que emiten los murciélagos, identificándose una correspondiente a la familia Vespertilionidae (Eptesicus fuscus, Myotis nigricans, Lasiurus cinereus, Histiotus montanus), y otra a la familia Molossidae (Eumops glaucinus, Nyctinomops aurispinosus, Tadarida brasiliensis) .
Por otra parte, las especies de la familia Phyllostomidae, registradas para Bogotá, pueden consumir frutas, néctar y polen.
[23] En La Conejera se han encontrado además la ardilla Sciurus granatensis, el ratón de campo Microxus bogotensis y la musaraña Cryptotis thomasi.
Esta especie, así como ardillas Sciurus granatensis, guaguas Cuniculus taczanowskii y conejos Sylvilagus brasiliensis han sido vistos por habitantes en la reserva.
Se trata de frenar la conurbación con los municipios vecinos,[26] controlando la expansión urbana y construir un cinturón verde como el que poseen algunas ciudades del mundo.
Sin embargo su enfoque ambiental está en la preservación de los cerros orientales y la descontaminación del Río Bogotá.
[33] El alcalde ya había intentado urbanizar dicha área en su primer mandato, cuando un panel de expertos determinó negarle el permiso.
[34][35][29] Entre tanto, la directora del Instituto Humboldt, Brigitte Baptiste, afirmó que se deben analizar las propuestas y no polarizar el tema alrededor de la reserva.