Entre los objetivos de los cinturones verdes se encuentran: Al respecto, el doctor en derecho y urbanista Joan Amenós Álamo comenta que "La fórmula inglesa de los cinturones ver des ha sido una de las más aplaudidas como barrera urbanística radical.
Si bien se ha criticado su carácter mecánico y su efecto inflacionario sobre el resto de inmuebles, un amplio sector se muestra favorable a su mantenimiento e intocabilidad".
[1] Aunque el objetivo original del cinturón verde londinense se ha cumplido, no todas las consecuencias son positivas, ya que parece generar gentrificación al no topar el precio del metro cuadrado.
Sin embargo, sí se ha demostrado que "limitar el aumento de las zonas urbanas en un territorio determinado, reduciendo los daños al medio ambiente", mediante la comparación histórica de 60 ciudades europeas entre 2006-2015,[2] la mitad de las cuales implantó cinturones verdes urbanos.
En América destaca el Cinturón Verde Metropolitano de Medellín (Colombia), que aunque no cierra por el norte o el sur, actúa como faja para evitar la dispersión urbana.