Los estilos aplicados por defecto dependen de cada programa informático, alguno de los cuales permiten configurar los estilos e incluso reconocer diversos lenguajes.
La interpretación del texto no varía en absoluto al resaltar sus elementos.
Los cambios en la representación del texto cumplen una función visual identificativa y no semántica, sólo se usan para transmitir información al lector humano.
Por tanto, en el caso del código fuente de un programa, los intérpretes y los compiladores lo ignoran.
No forman parte ni del lenguaje formal en sí, ni del texto, por lo que tampoco se guardan en el fichero, sino que se analiza cada vez que se carga.