Requerimiento de capital

Por requerimiento de capital, también denominado en ocasiones capital regulatorio, se entiende el requisito estándar exigido a bancos y otras instituciones donde se depositan fondos, requisito que determina la cantidad máxima requerida de capital que la entidad debe mantener como proporción de un determinado nivel de activos de acuerdo a las normas de agencias reguladoras como el Banco de Pagos Internacionales, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos o el Consejo de la Reserva Federal.

Estos requerimientos de capital son impuestos para asegurar que estas instituciones no participan o mantienen inversiones que puedan aumentar su riesgo de quiebra y que disponen de suficiente capital para mantener sus pérdidas operativas al tiempo que pueden todavía hacerse cargo de nuevas retiradas de fondos.

[1]​ Los Acuerdos de Basilea, publicados por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, institución parte del Banco de Pagos Internacionales, fija un marco regulatorio relativo a cómo los bancos e instituciones de depósitos deben calcular su capital.

Este marco fue sustituido por un conjunto de reglas destinadas a la fijación de los requerimientos de capital significativamente más complejo conocido como Basilea II.

Después de 2012, será reemplazado por Basilea III.