En general, solo a los ciudadanos se les concede la representación en la Legislatura en forma de derechos de voto; sin embargo, algunos regímenes representativos han ampliado aún más este derecho.
En la democracia representativa, la pérdida de confianza se materializa en las siguientes elecciones, cuando los votantes castigan a los políticos que no cumplieron con sus promesas electorales, eligiendo a otro candidato o partido político para que ocupe su lugar.
[5] Hanna Fenichel Pitkin estableció cuatro perspectivas de la representación:[3] En este caso, los representantes son elegidos por un bloque equivalente de votantes en términos numéricos.
[6][7][8][9] Este sistema no siempre es práctico por motivos históricos y políticos o incluso puramente por problemas logísticos, como por ejemplo, en regiones donde viajar era difícil y las distancias son grandes.
En Estados Unidos y otras democracias, es usual que la cámara baja de un sistema bicameral sea elegida por este sistema, mientras que la cámara alta es elegida por la representación por área.