Entre 1946 y 1976, el nombre oficial del país fue República Popular de Albania (Republika Popullore e Shqipërisë).A finales de 1945 se ejecuta una socialización de todas las industrias y propiedades agrícolas, que pasan a convertirse en granjas colectivas según el modelo marxista, el comercio es también socializado y los intercambios comerciales con países capitalistas quedan prohibidos.La vecina Yugoslavia asumió desde 1945 una gran influencia política y económica en Albania, en tanto las destrucciones de la guerra habían agravado el atraso y pobreza que habían caracterizado a Albania desde muchos años antes de la Segunda Guerra Mundial.Albania acusaba a los comunistas yugoslavos de chovinistas e imperialistas, y afirmaba que en Belgrado había planes de invadir Albania y convertirla en la "séptima república yugoslava" mediante un ataque militar.Mientras tanto Enver Hoxha aprovechaba la ocasión para eliminar rivales dentro del gobierno, así Koçi Xoxe fue expulsado del gobierno en octubre de 1948 y luego condenado a muerte y fusilado en junio de 1949.Se fortaleció también el aparato represivo mediante la Sigurimi, la policía política albanesa, copiada de la KGB soviética.[cita requerida] En el plano económico, la alianza con la Unión Soviética desde 1948 significó cierto beneficio para Albania, pues la Unión Soviética era un socio comercial que podría pagar precios más altos por la materia prima albanesa, así como proporcionar tecnología mucho más sofisticada que Yugoslavia y mayor cantidad de dinero como capital de inversión.Los acuerdos suscritos por la Unión Soviética permiten que se siga entregando a Albania tecnología y financiamiento para proyectos agrícolas e industriales, tratando de mantener a Albania dentro de su influencia.Este cambio en la dirección soviética es tomado por Hoxha como un reproche a su propio régimen e inmediatamente Albania enfría sus relaciones diplomáticas y comerciales con la órbita soviética, aun cuando Albania había aceptado unirse al Pacto de Varsovia en 1955.Hoxha ofreció también a la República Popular China usar la membresía albanesa en la ONU para defender los intereses nacionales chinos, en tanto el régimen de Pekín aún no era aceptado como miembro de dicho organismo.Mientras tanto, el intercambio económico no resultó tan favorable para Albania pues la República Popular China carecía de tecnología tan avanzada como la soviética, además que los problemas económicos derivados del Gran Salto Adelante impedían al gobierno de Pekín transferir capitales e industrias a Albania en gran cantidad, dificultando incluso la entrega de alimentos desde China hacia Albania.[8][9] El ateísmo fue transformado así en la práctica generalizada para todos los habitantes del país, que en años precedentes había permitido por lo menos el culto privado de la religión.La novedad consistió en que las nuevas leyes gubernamentales prohibieron, no sólo las prácticas religiosas públicas, sino también las más privadas y personales, convirtiendo en delito el simple acto de mantener creencias religiosas de cualquier especie.Ante ello, la República Popular China rompe relaciones con Albania en 1978 y suprime sus programas de ayuda financiera, consumando la Ruptura sinoalbanesa mientras restablece plenas relaciones diplomáticas y económicas con Estados Unidos y luego con otros países capitalistas, lo cual lleva a Albania a una etapa de casi total aislacionismo con respecto al mundo exterior.Las relaciones diplomáticas se mantenían con algunos países de Europa Occidental pero siempre con alcance restringido, mientras que Albania trataba de sostener vínculos más estrechos con algunos Estados africanos que antes habían tenido relaciones cercanas con la República Popular China (como Tanzania).Aun así, el gobierno intentó, sin éxito, algunos acercamientos comerciales a Grecia y Europa Occidental.Shehu se negó a ello, y Hoxha inició una campaña política en su contra.La salud de Hoxha siguió deteriorándose desde 1983 debido a una isquemia cerebral, y paulatinamente debió ceder gran parte de sus funciones a su sucesor, Ramiz Alia, al punto que durante sus últimos meses Hoxha perdía sus capacidades mentales y motrices.La planificación económica tampoco había dado buenos resultados en la agricultura, causando escasez de alimentos también entre la población.Asimismo, la ausencia de comercio internacional significativo causaba que Albania careciera de divisas suficientes para importar bienes indispensables, lo cual se hallaba agravado por la paranoia del régimen de Hoxha contra toda posible influencia foránea en Albania, temiendo que mediante las relaciones comerciales (pese al estricto control gubernamental) empezaran a difundirse "ideas subversivas" desde el extranjero.En paralelo seguía el flujo de migrantes que pugnaban por marchar a Italia cruzando el Mar Adriático en toda clase de embarcaciones, o cruzaban a pie la frontera hacia Grecia o Yugoslavia, mientras los obreros formaban sindicatos ajenos al gobierno y lanzaban una serie de huelgas que paralizaban el país.Inclusive se copiaron los planes quinquenales soviéticos, tanto en la forma como en las metas de fondo.Antes que acabara la alianza con China, Albania había iniciado acercamientos comerciales con países de África que interesaban a China, pero estos lazos con países económicamente débiles no resultaban útiles a la economía albanesa.La ruptura sino-albanesa aumentó al desconfianza de Enver Hoxha hacia el exterior, motivando que el país se refugiara en una severa autarquía, evitando el contacto económico con el resto del mundo y gastando la mayoría del producto bruto interno en fortificaciones, alambradas, y campos minados, casi siempre mal organizados e inútiles en la práctica, para defender al país de una hipotética invasión foránea.[cita requerida] Albania, el único país predominantemente musulmán en Europa en ese momento, en gran parte debido a la influencia turca en la región, no había, como el Imperio Otomano, identificado religión con etnicidad.Hoxha creía que esta división de la sociedad albanesa en líneas religiosas y étnicas era un problema grave, porque alimentó a los separatistas griegos en el sur de Albania en particular y también dividió a la nación en general.Los católicos fueron la primera comunidad religiosa en ser atacada porque la Santa Sede era considerada un agente del fascismo y el anticomunismo.[13] Tanto la madre como la hermana de la Madre Teresa murieron durante el gobierno de Hoxha, y la monja solo pudo visitar Albania cinco años después del colapso del régimen comunista.[16] El ateísmo estatal se convirtió en política oficial, y Albania fue declarada el primer estado ateo del mundo.En 1992, Monseñor Diaz, el nuncio papal para Albania designado por el papa Juan Pablo II, dijo que de los trescientos sacerdotes católicos presentes en Albania antes de que los comunistas llegaran al poder, solo treinta seguían activos.
Sello en homenaje a
Enver Hoxha
en su 35º cumpleaños. Hoxha fue la principal figura política de la
Albania
socialista hasta su muerte, en 1985.