Es endémica de Brasil, distribuyéndose en afloramientos rocosos en los estados de Minas Gerais, Mato Grosso, Mato Grosso del Sur, Bahía y Espírito Santo.
Remijia ferruginea fue descrita por el botánico y micólogo suizo Augustin Pyrame de Candolle y publicado en Prodromus Systematis Naturalis Regni Vegetabilis 4: 357 en 1830.
Se utiliza tradicionalmente la corteza para el tratamiento de la fiebre alta y la malaria.
[1] Los estudios farmacológicos han determinado la presencia del alcaloide cinchonina, el flavonoide rutina, ácido ursólico y ácido clorogénico en los extractos de la corteza.
[2] En un estudio in vivo con ratones infectados con Plasmodium berghei se buscó determinar la actividad antimalárica del extracto etanólico de la corteza.