Reloj de pie
Desde los tiempos de la República romana hasta bien entrada la Edad Media, se encuentran en la literatura antigua diversos testimonios de un singular sistema para calcular la hora, que se vale de la longitud que arroja la sombra del cuerpo humano iluminado por el Sol.Un ejemplo de esta proporción se puede encontrar en el Hombre de Vitruvio, es decir, un hombre o una mujer cualesquiera siempre obedecen (aproximadamente) a la proporción siguiente: la longitud del pie aplicada 7 veces verticalmente proporciona la altura del individuo.Según el estudioso Joan Olivares, esta antigua forma de medir el tiempo se mantuvo debido a que el acueducto que regaba era compartido por dos comunidades de regantes que conservaron este atavismo para medir el tiempo, debido a que cualquier cambio usando instrumentos más modernos, habría generado desavenencias.En la actualidad, no se emplea ya para regar por haber quedado en desuso, pero aún quedan regantes mayores que lo conocieron y lo saben utilizar.En la actualidad, algunos nómadas del desierto emplean la longitud de su sombra para determinar la hora en la que se deben rezar las primeras oraciones indicadas por el islam y que corresponden a las oraciones vespertinas y que se denominan el ashr, que sigue a la oración del mediodía (el zhur).