Portugal fue el primer país del mundo en reconocer oficialmente la independencia de Chile.
Las relaciones luso-chilenas comienzan mediante un comunicado emitido el 11 de agosto de 1821 por el rey Juan VI de Portugal, en el que reconoce explícitamente a la nación sudamericana como una república libre y soberana, habiendo sido sometida con anterioridad al dominio del Imperio español y administrada bajo una Capitanía General.
Tanto Chile como Portugal son países miembro de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, participando activamente en la Cumbre Iberoamericana, adicionalmente se encuentran plenamente adheridos a la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y la Unión Latina.
[2] Ambas naciones son miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Los principales productos exportados por Chile fueron salmones, nueces y uvas frescas, mientras que Portugal exportó mayoritariamente calentadores de agua, tapones de corcho y convertidores eléctricos.