Con la llegada del pueblo celta, el uso del hierro se amplía utilizándose para dar forma a armas variadas como flechas, espadas, lanzas, así como a herramientas, hachas, martillos y multitud de fíbulas.Aun así existen fuentes que testimonian la importante labor herrera de la comunidad musulmana en la península.En el siglo XV, en Segovia, se formaría un gremio herrero con participantes cristianos y moros.Comienza su implantación tardía en el final del siglo XIII e irá adaptándose a las nuevas formas arquitectónicas hasta vivir su momento cumbre en el XV, uniéndose al esplendor y suntuosidad de los nuevos templos góticos.La riqueza decorativa iba en aumento añadiéndole ya a finales del siglo XIII, hojas cubriendo los bastidores.El comienzo de un nuevo siglo trae consigo una labor rejera fecunda, las estructuras ganan en solidez y altura, se continúan los tres paños con puerta en la central enmarcada generalmente con motivos florales o cordones rodeando el dintel.En los dos cuerpos restantes abundan los arcos ojivales y rematando sus pinchos con cresterías floreadas ayudando al carácter defensivo del conjunto.Se instauran definitivamente las grandes escuelas peninsulares, que a su vez tendrán sus propios talleres.La estructura vendrá a ser similar que durante el siglo anterior ganando en complejidad decorativa.Estos barrotes suelen ser recios y son los que marcan las calles por los que se disponen barrotes cuadrillados; torsos; torsos con apertura central en forma de corazón, rombo o cuadradas; redondeados sin basa y rematados con formas redondeadas de mayor tamaño que el barrote al que pertenecen y finalmente otros con apertura central ojival y barrote torso, de sección cuadrangular, hexagonal o cilíndrica.En la zona castellana comienzan a formarse talleres que irán adquiriendo importancia durante la segunda mitad del siglo XV, como pueden ser los de Sigüenza, Burgos, Toledo y Salamanca.Las rejas están compuestas de barras de sección circular, a las que atraviesan horizontalmente otras semejantes formando secciones cuadradas, estas composiciones se introducen en el muro por todos sus lados y por el margen inferior continúan hasta terminar en puntas afiladas.[11] La importante nobleza de su forja y la habilidad a la hora de adaptar las rejas al marco arquitectónico del templo consiguieron que su taller tuviera una vida prolífica hasta casi mediados del siglo XVI.[12] Sobre la constitución de los gremios rejeros en España tenemos información suficiente para saber que era de gran importancia, dada su organización y actividad desde los últimos años del siglo XIII, mientras que en Europa existían focos aislados y escasos de industria del hierro, implantándose el primero gremio en París un siglo más tarde.Esta creación surge en tierras alemanas, concretamente en Renania y rápidamente se extiende por Europa.En estos hornos se elabora el denominado “hierro dulce”, totalmente líquido debido a la estructura de la calera y a la constante inyección de aire que permiten que el material se licue rápidamente.
Reja Capilla del Sagrario, Catedral de Palencia.
Dibujo de friso gótico de lienzos y torretas.
Crestería gótica siglo XII
Catedral de Barcelona, reja tabique de la Capilla San Cosme y San Damián
Rejas en las ventanas de la Casa de las Conchas, Salamanca.
Reja del altar mayor, Catedral de Murcia, siglo
XV
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