A finales del siglo XVIII, los reinos lubas se unieron bajo un poder central mucho más poderoso, cuyo máximo mandatario era el mwata o mulopwe, por motivos fundamentalmente económicos y de forma pacífica, configurándose como imperio comercial.Los estados más importantes que formaron el imperio fueron: Durante la guerra civil que cubrió los últimos años de la historia del imperio, este se fragmentó en diversos territorios, entre los que destacaron dos: En su época de mayor esplendor, en los primeros años del siglo XIX, el imperio extendía sus territorios y su vasallaje desde los bosques centroafricanos al norte (Sudán del Sur) hasta el Cinturón de Cobre al sur (actual Zambia), y desde el lago Tanganika al este hasta el Reino Kanyok al oeste, inclusive.El mito se transmitía oralmente, de modo que cambia un poco cada vez.A partir del siglo VIII un periodo de calma y bonanza permitió la existencia de una civilización en los territorios luba que dominaba la metalurgia y que daría lugar a la etnia.Ya en el siglo XVIII los luba se agrupaban en distintos reinos, más o menos pequeños e interrelacionados entre sí.Sí es cierto que entre los tres reyes citados se habían intercalado reinados efímeros y disputas.Al norte, los árabes suajili traspasaban las fronteras lubas para conseguir el marfil por ellos mismos.Ante estas dos amenazas los lubas intentaron intercambiar armas por esclavos, pues ya apenas disponían de marfil.Los productores pagaban a sus jefes y así sucesivamente, siempre siguiendo un esquema vertical.A finales del siglo XVIII y comienzos del [[XIX]] los estados del Imperio luba comenzaron a comerciar con otros países, como ya habían hecho sus vecinos de Lunda y Cazembe, especialmente Luba Lomani, el estado que más rápidamente se aprovechó de las grandes rutas comerciales.Los bambudye formaban una asociación o institución aristocrática a la que debían pertenecer todos los jefes y líderes de cualquier tipo.Los gobernantes lubas debían mantener escrupulosamente los ritos de la asociación si querían mantenerse en el poder, de modo que el imperio estaba sujeto, mediante estos, a los bambudye como colectivo.Les llamaba la atención en particular los ropajes europeos, pues para ellos la ropa tenía un componente mágico.Los reyes lubas adoptaron a partir del siglo XVII insignias arqueadas fabricadas en hierro y después, talladas en madera.