Sus principales directivos fueron el rabino de Berlín, Leo Baeck, y Otto Hirsch.
De esta manera, la Reichsvertretung intentó desarrollar, hasta cierto punto, una respuesta a la política racial del nazismo.
Tras la Noche de los cristales rotos en 1938 la Reichsvertretung se vio obligada a cambiarse otra vez de nombre, ahora como Reichsverband der Juden in Deutschland (Federación del Reich de los judíos alemanes), adoptando también muchas de las tareas administrativas de las que se hacían cargo hasta el momento muchas de las más pequeñas y pobres congregaciones judías, que habían visto reducido su personal por las detenciones y la emigración.
En febrero de 1939 se cambió otra vez de nombre, Reichsvereinigung der Juden in Deutschland («Asociación del Reich de los judíos alemanes»), para distinguirse de la recién creada en julio de 1939 Reichsvereinigung der Juden in Deutschland, cuando la Reichssicherheitshauptamt se adjuntó a la antigua Reichsvereinigung, representando los intereses judíos al nivel del Reich, en una rama subordinada - usando el mismo nombre y más o menos el mismo personales using the same name and more or less the same personnel - de la administración del estado.
En junio de 1943 la Reichssicherheitshauptamt disolvió a la fuerza la nueva Reichsvereinigung.