[1][2] Entre las disposiciones del pacto, se estableció, en el artículo 6, que el gobierno italiano construiría y financiaría una línea ferroviaria, que conectaría una estación a construir dentro de la Ciudad del Vaticano con la red ferroviaria de Italia.
También se acordó que los vehículos ferroviarios del Vaticano podrían circular libremente por Italia.
[4] El viaducto sobre la Vía Aurelia (viadotto del Gelsomino), en territorio italiano, fue la mayor obra de la línea, y la que consumió más tiempo en su ejecución.
El último de estos arcos atraviesa la Vía Aurelia, a 70 metros del Vaticano.
[4] La línea no posee pendientes; tanto la estación Roma San Pietro como la estación Ciudad del Vaticano se encuentran a 38 m s. n. m. Solo el túnel utilizado para maniobras, dentro del Vaticano, tiene una ligera pendiente para facilitar su drenaje.