Pero el proyecto nació con tantas servidumbres que su construcción se retrasaría hasta el siglo XIX.Por su parte, las universidades, todavía dominadas por las órdenes religiosas, no proporcionaban los profesionales que la sociedad requería.El segundo proyecto se aprobó en 1774 y desembocaría en el Colegio de San Carlos.Ambas instituciones compartieron edificio y ansias renovadoras, pero no dejaron de pugnar hasta su unificación.La dificultad para aunar esfuerzos se puede explicar por la resistencia que tuvieron aquellos profesionales para fundir en un único proyecto educativo y sanitario dos saberes con tradiciones tan distintas como la medicina y la cirugía.