Al rastrear los contactos de las personas infectadas, hacerles pruebas de infección, aislar o tratar a las personas infectadas y rastrear sus contactos, los profesionales de salud pública tienen como objetivo reducir las infecciones en la población.
La erradicación de la viruela, por ejemplo, no se logró mediante la inmunización universal, sino mediante el rastreo exhaustivo de los contactos para encontrar a todas las personas infectadas.
El rastreo de contactos no siempre es el método más eficaz para abordar las enfermedades infecciosas.
Al mismo tiempo, las personas infectadas tienen un derecho reconocido a la confidencialidad médica.
Por ejemplo, a los contactos solo se les dice que han estado expuestos a una infección en particular, pero no se les informa de la persona que fue la fuente de la exposición.