Destinado en diversas unidades, como teniente de navío tenía acceso a los clubes sociales más exclusivos.
Y, más aún, "sólo con la venta de dos cuadros que formaban parte del suntuoso mobiliario de la mansión, el marqués se reembolsó todo lo que le había costado la casa palacio".
[16] Recién designado alcalde, Ramón de Carranza (hijo) colaboró en el golpe personalmente, manu militari.
Él y sus leales ayudaron en la represión de los barrios obreros (Nervión, Ciudad Jardín, Triana, Macarena etc.).
El historiador Ortiz Villalba lo sitúa en la conquista del barrio de Triana y desmantelando con ametralladoras y morteros la resistencia de concentraciones izquierdistas que se dirigían a defender el centro.
En sus charlas radiofónicas Queipo de Llano alabó más en Carranza su valía como guerrillero que como marino o alcalde.
Eran columnas ligeras, muy móviles, que iban y venían constantemente de un punto a otro.
Su componente paramilitar, irregular, estaba integrado y financiado por los propietarios, señoritos, sportmen y caballistas de la oligarquía al mando de personas capaces (generalmente militares retirados por la ley Azaña) que se especializaron, por pura lógica, en la limpieza política rural.
[26][27] Generalmente se desplazaba desde Sevilla siguiendo la carretera o el tren y usando toda clase de vehículos, la mayor parte confiscados.
Le bastaba la intimidación y un cañonazo en puertas o ventanas para que cesara toda resistencia republicana.
[28][29] Cuando tomaba un pueblo por las armas liberaba presos, dictaba bandos, nombraba nuevas autoridades (Comisiones Gestoras) y organizaba las pautas represivas rutinarias con la ayuda del párroco, la Guardia Civil, falangistas, y personajes derechistas locales.
[32] Como señala más explícitamente Alfonso Lazo: "Con frecuencia las columnas eran mandadas por ricos terratenientes cuyas primeras operaciones militares iban dirigidas a recuperar sus cortijos y haciendas, ocupadas después del triunfo del Frente Popular".
[35] En la retaguardia municipal le tocaron tiempos de mando fácil,[21] aunque la voluntad supliera los pocos recursos y la mucha miseria.
[36] Por esta época se le conoce una vibrante alocución patriótica por los micrófonos de Radio Sevilla.
[45] Retirado a sus negocios, se interesó por el fútbol al igual que otros muchos políticos de aquella época.
El arquitecto fue Manuel Muñoz Monasterio, coautor unos años antes del estadio Santiago Bernabeu.
En su junta directiva incluyó algunos de sus antiguos compañeros: Diego Benjumea Vázquez, Francisco García Carranza (cuñado y hermano respectivamente de su gran amigo el malogrado torero El Algabeño), Manuel Zafra Poyato, José del Povil, Navarro Canela, Loscertales, Del Río, Conde y Liñan y otros.