Al morir José María, la obra estaba acabada en sus líneas fundamentales pero a falta de algunos retoques finales.
Como tal ópera ha sido interpretada varias veces en San Sebastián, Barcelona, Madrid y otras localidades españolas.
Así por ejemplo, con respecto a obras para canto de una voz, instrumentó para coro de voces mixtas numerosas canciones vascas, sobre todo dedicadas al Orfeón Donostiarra aunque naturalmente han sido también interpretadas por otras masas corales.
Señalemos Mari Domingi, Txantxangorria, Txoriñua nora ua, Egunto batez, Beñat Mardoren, Gabonetan.
La Orquesta del Conservatorio jugó un papel primordial en la vida cultural donostiarra en toda la difícil etapa de la postguerra.
A la música religiosa dedicó varias obras (Salve Regina, Ave maris Stella, Himno a San Bartolomé, Lestonnac, Tota pulchra, Ubi charitas et amor) para coro, armonium, órgano o instrumentos de arco.