Participó posteriormente en el fracasado asalto al Palacio Real de Madrid mediante el que los pronunciados en 1841 contra Espartero trataron de hacerse con la reina y su hermana, aún niñas, para poner fin a la regencia, por lo que hubo de exiliarse en Francia.
De vuelta en España en junio de 1843, tras la caída de Espartero, fue ascendido a coronel y, al frente del Regimiento de Castilla, combatió a las partidas carlistas y republicanas alzadas en Galicia y Cataluña, donde en 1849 se enfrentó a Cabrera hasta lograr su definitiva retirada y fue ascendido a mariscal de campo.
Ministro del Tribunal Supremo de Guerra y Marina en 1862, en 1866 fue desterrado a las Canarias por su participación en las intentonas revolucionarias encabezadas por Prim.
[1] Elegido senador por la provincia de Murcia para la legislatura 1871-1872, en su actividad parlamentaria se interesó por el juramento al rey Amadeo de Saboya y por la suerte de los militares que se habían negado a prestarlo.
A finales de 1875, considerados un peligro para la monarquía, fueron internados en el castillo de Santa Catalina en Cádiz y de allí salió desterrado a Santa Cruz de Tenerife donde permaneció, con alguna interrupción, hasta marzo de 1879 en que se le permitió trasladarse a Madrid donde se encontraba gravemente enferma su esposa.